sábado, 1 de diciembre de 2007

México, productor de médicos frustrados


José Juan Reyes / El Economista

Sábado 1 de diciembre de 2007

De acuerdo con miembros de la Academia Nacional de Medicina, en nuestro país la falta de inversión en investigación en salud repercute drásticamente en la formación de médicos. Según los expertos, persiste una disparidad entre la matrícula y la calidad en la formación de los profesionistas.
De las escuelas de medicina egresan, cada año, más de 1,000 profesionistas. Con base en el análisis hecho por los investigadores, 90% de los médicos busca realizar una especialidad, pero la mayoría no consigue obtener el acceso.
En este sentido, mencionan, “nos encontramos con médicos generales subempleados y frustrados que no se preocupan por estar al día con el avance del conocimiento médico, lo cual se refleja en una mala calidad en la atención”.
En el documento se manifiesta que hay una incongruencia entre la formación de profesionistas de la salud y el ejercicio real, pues en la actualidad los campos clínicos están saturados y esto disminuye las oportunidades de aprendizaje y práctica de destrezas.
Situación que no ocurre en otros países, por ejemplo en Europa se han homologado los planes de estudio con el objetivo de preparar médicos con estándares profesionales homogéneos.
En nuestro país, agrega el estudio, es complicado que los médicos puedan realizar una especialidad y esto trae como consecuencia que en el sistema de salud haya una carga excesiva de trabajo para los residentes, quienes se convierten en una fuerza de trabajo a costa de disminuir el acceso al aprendizaje, lo que repercute en la atención al paciente.
Los problemas radican en la falta de inversión en el área de salud. En algunas países desarrollados se dedica hasta 4% de Producto Interno Bruto (PIB) a este rubro, sin embargo, en América Latina las cifras fluctúan entre 0.3 y 0.7 por ciento.
La limitada investigación que se realiza en México, financiada por el gobierno se enfoca a prioridades marcadas por políticas de Estado. Cuando la industria la patrocina se dirige a la investigación farmacológica con fines comerciales.

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