jueves, 29 de noviembre de 2007

Venus se derrite a 457 grados Celsius



Milenio 29-Noviembre-07

Alguna vez concebido como el gemelo de la tierra, Venus se ha transformado de un refugio para el agua a un infierno calcinante a causa de un implacable efecto invernadero, según una investigación de la primera sonda en visitar en más de una década a nuestro vecino más cercano. Como compañeros de camada cósmica, la segunda y la tercera rocas del Sol comenzaron su existencia hace 4 mil 500 años, con casi el mismo diámetro, masa, densidad y composición química.Pero sólo uno, la Tierra, desarrolló una atmósfera que condujera a la vida. El otro, que lleva con ironía inconsciente el nombre de la diosa romana del amor, es un caldero de bióxido de carbono (CO2), su superficie suficientemente caliente para derretir el acero.El Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), ha orbitado a su presa desde abril de 2006, buscando explicar esta sorprendente divergencia. Datos preliminares de la sonda revelan a un Venus que es mucho más parecido a la Tierra que lo que alguna vez se pensó –pero en formas no muy reconfortantes.A primera vista, los dos mundos, a 42 millones de kilómetros de distancia en sus puntos más cercanos, difícilmente podrían ser más diferentes.El rango de temperaturas de la Tierra ha permanecido mayormente estable y su atmósfera ha mantenido un equilibrio de gases –y esto, junto con la preciosa agua que cubre dos tercios de su superficie, ha permitido prosperar a un alboroto de biodiversidad.La atmósfera de Venus, en cambio, está aplastantemente compuesta de sofocante CO2 y de una cubierta permanente de nubes cargadas de ácido sulfúrico. En la atmósfera quedan apenas rastros de agua; de oxígeno, ni siquiera eso.Su superficie se derrite a 457 grados Celsius, y tiene una presión equivalente a estar un kilómetro bajo el mar en la Tierra.Pero esto no siempre fue así, dice Hakan Svedhem, científico de la ESA y autor principal de uno de los ocho estudios publicados el miércoles en la galardonada revista británica Nature.Venus, él cree, pudo haber estado parcialmente cubierto de agua antes de que un calentamiento global lo sentenciara a muerte.“Probablemente porque Venus estaba más cerca del Sol, la atmósfera estaba un poco más cálida y tenía más agua a mucha altura”, dijo a la AFP.Como el vapor de agua es un gas de efecto invernadero, esto atrapó aún más calor solar, provocando que el planeta se calentara todavía más. Más agua se evaporó, y eventualmente se disipó al espacio.Fue “retroalimentación positiva” –un círculo vicioso de calentamiento que se reforzaba a sí mismo, que eventualmente dejó al planeta completamente seco.

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