lunes, 11 de febrero de 2008

Piojos, claves en la migración de la especie humana

Milenio Diario
Lunes 11 de febrero del 2008

Cuando los primeros hombres comenzaron a colonizar el planeta

Las pequeñas criaturas pueden clasificarse en tres cepas conocidas como A, B y C. La clase A se encuentra por doquier, la B es común en América del Norte y en Europa, y la C es extraña.

Arriba, un peine de la antigüedad para extraer liendres. Abajo, uno utilizado actualmente. Foto: Universidad De Utah
11-Febrero-08

Un grupo de científicos informó que los piojos extraídos de momias de mil años de antigüedad en Perú respaldan la idea de que las pequeñas criaturas acompañaron a los seres humanos en su primera migración fuera de África, hace 100 mil años. Pruebas genéticas mostraron que los piojos son casi idénticos a cepas halladas alrededor del mundo que han sido fechadas cuando el hombre comenzó a colonizar el resto del planeta. “Esto nos dice que este tipo genético recorrió el mundo al tiempo que los humanos se expandieron y migraron a todo el globo”, dijo David Reed, de la University of Florida, quien trabajó en el estudio.“Sabemos que este parásito se distribuyó en todo el mundo junto con nosotros”, señaló Reed en una entrevista telefónica. En un artículo publicado en Journal of Infectious Diseases, Reed y sus colegas observaron la existencia de tres cepas conocidas de piojos: A, B y C.La clase A se encuentra situada en todos lados, la B, es muy común tanto en América del Norte como en Europa y la C es totalmente extraña. Ha existido una teoría de que la clase B evolucionó separadamente en todo el continente americano y que los exploradores europeos trajeron la A al Nuevo Continente y se llevaron a Europa la clase B.Reed, que en el 2004 demostró que el tipo A databa de la época de los primeros hombres, dijo que logró probar su teoría por accidente.Los piojos fueron extraídos de las cabezas de dos momias halladas en un desierto del sur de Perú. “Las momias pertenecen a la cultura posterior a los Tiwanaku y Chiribaya”, según los investigadores. Las dos cabezas, removidas de los cuerpos por saqueadores años antes, tenían elaboradas trenzas en el cabello. Los investigadores recolectaron más de 400 piojos de una cabeza y más de 500 de la otra.“Estaban llenos. Fue asombroso”, dijo Reed.El descubrimiento de esos parásitos en momias peruanas del siglo XI prueba que infestaron a los indígenas americanos unos 500 años antes de que llegaran los europeos.El experto especuló que las sofisticadas trenzas no habrían permitido peinar el cabello regularmente, lo que las transforma en un paraíso para los diminutos parásitos.Reed pudo extraer intacto el ADN de los piojos y su secuencia mostró que eran todos clase A. Esto significa que las cepas estaban distribuidas en toda América cientos de años antes de que llegaran los primeros europeos al continente. “Esto va contra el tradicional pensamiento de que todas las enfermedades fueron transmitidas del Viejo al Nuevo Mundo en la época de Cristóbal Colón” comentó. Para el científico y su equipo de fue una sorpresa que la variedad de piojo en las momias era del mismo tipo genético que los encontrados tan lejos como Papúa, en Nueva Guinea, en vez de la clase que se extendió en el hemisferio Occidental.Reed cree que puede usar las secuencias genéticas de los piojos para rastrear y fechar las migraciones.Los piojos clase A incluyen tanto a los de cabeza como a los corporales. Las criaturas succionadoras de sangre sólo puede vivir en los seres humanos y mueren rápido si están lejos de sus huéspedes, dado que no pueden sobrevivir en ningún otro animal. Asimismo, los piojos pueden transmitir enfermedades como el tifus. La secuenciación del ADN de la bacteria transmisora de esa condición permitiría obtener pistas de la migración humana por el mundo.Indagando rutasLos científicos esperan entender los patrones de migración humana investigando los parásitos que las personas llevaron desde que iniciaron sus desplazamientos.Observando las pruebas, por ejemplo, podrían aportar ideas valiosas sobre cuándo los primeros americanos llegaron al continente y qué ruta utilizaron. Construyendo una secuencia de ADN, los investigadores podrían vincular al piojo de hace mil años encontrado en el hemisferio occidental con aquellos de Siberia o Mongolia, confirmando las teorías de que los primeros residentes de América tuvieron su origen en esa zona.



Washington. Reuters y EFE
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