sábado, 2 de febrero de 2008

Registra el INAH área de cuevas prehistóricas


Milenio Diario
Sábado 2 de febrero del 2008

En el valle de Tlacolula, en la región central del estado de Oaxaca, investigadores del INAH han logrado registrar un centenar de cuevas y abrigos rocosos del periodo prehistórico.

En la mayoría de las grutas se encontraron representaciones gráficas. Foto: INAH

En el valle de Tlacolula, en la región central del estado de Oaxaca, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han logrado registrar un centenar de cuevas y abrigos rocosos del periodo prehistórico, inclusive, en algunas se encuentra documentada la transición de la vida nómada al sedentarismo en el continente americano. Antonio Martínez Tuñón, encargado del proyecto de investigación y conservación de estas cuevas que forman parte de la Lista Indicativa de México —instrumento de planeación para inscripción de sitios como Patrimonio Mundial—, dio a conocer que entre el pasado año y este 2007 se realizó el reconocimiento de esa centena de sitios.“Contamos con el registro de más de 100 cuevas y abrigos rocosos, algunos de bastante profundidad, como la llamada cueva de la Paloma. Muchas de ellas poseen pinturas rupestres y otro tipo de representaciones gráficas; además en superficie han sido localizados restos de cerámica y herramientas líticas.” Esta área es muy importante debido a que estudios realizados en la década de los 60, particularmente en la cueva de Guilá Naquitz, arrojaron datos trascendentes sobre el proceso de domesticación de algunas plantas, entre ellas la calabacera, con una datación de más de diez mil años de antigüedad”, explicó el investigador.Algunas de las cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla fueron excavadas en los años 60 por Kent V. Flannery. Aparte de Guilá Naquitz, también se exploró la cueva conocida como Martínez Rockshelter y cueva Blanca. Los estudios determinaron una larga secuencia de ocupación humana que se remonta hasta el año 8 mil a. C. Por sus características culturales, los materiales extraídos de este sitio prehistórico pueden ser comparados en antigüedad con los primeros vestigios de domesticación de la cebada y el trigo en el Medio Oriente. Se equipara también con el sitio Head Smashed en Buffalo Jump Complex, en Alberta, Canadá. De acuerdo con Martínez Tuñón, lo anterior quiere decir que en esta zona “se encuentran los vestigios más tempranos del paso de los cazadores-recolectores nómadas hacia los agricultores incipientes y, por ende, todo el proceso del desarrollo de la cultura mesoamericana”. No obstante el avance en el registro de las cuevas, el arqueólogo señaló que faltan varios cientos por reconocer, la mayoría de menor tamaño en comparación con la Cueva de la Paloma.Las representaciones gráficas y la existencia de materiales arqueológicos permitirán seleccionar un par de cuevas en donde este año se realice una excavación, la cual posiblemente contribuirá a definir parte de la información encontrada por Flannery, para ello también se está en acuerdos con la Universidad de Harvard, Estados Unidos, institución en la que se efectuarían los análisis bioquímicos y de radiocarbono. Por su parte, Nelly Robles García, coordinadora del proyecto y directora de la zona arqueológica de Monte Albán, comentó que todos estos datos darán mayor sustento al expediente técnico de la zona que abarca 2 mil 500 hectáreas distribuidas en tres localidades: Tlacolula de Matamoros, la Villa de Díaz Ordaz y Unión Zapata. “La intención es continuar la investigación en las cuevas prehistóricas de Yagul y Mitla, con el objetivo de conformar un expediente sólido y que, en su oportunidad, pueda presentarse ante la UNESCO.”



México. Redacción
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